La Viagra, conocida médicamente como Sildenafilo, es un medicamento utilizado principalmente para el tratamiento de la disfunción eréctil en varones adultos. Aunque éste es su uso más reconocido, el fármaco tiene otras aplicaciones potenciales en la práctica médica. En concreto, los médicos han descubierto que puede ser beneficioso para ciertas afecciones médicas en niños y bebés.
La hipertensión pulmonar (HTP) es una enfermedad potencialmente mortal que afecta al corazón y los pulmones. Se caracteriza por una presión arterial elevada en las arterias de los pulmones, lo que dificulta el bombeo de sangre por parte del corazón. La HTP afecta aproximadamente a 28.000 niños y 250.000 adultos sólo en Estados Unidos. Esta afección es especialmente crítica para los bebés prematuros y es la principal causa de muerte en bebés prematuros después de su primer mes de vida.
Se administran pequeñas dosis de Viagra a los bebés, especialmente a los prematuros, que padecen PHT. Esta aplicación de Viagra ayuda a superar las complicaciones asociadas a este problema pulmonar. Aunque se utiliza fuera de indicación, lo que significa que no está aprobado para este uso específico por la FDA, se ha observado que proporciona beneficios a los bebés que sufren de PHT.
El sildenafilo, el principio activo de la Viagra, tiene la capacidad de dar un impulso a los corazones subdesarrollados de los niños, especialmente los que tienen defectos cardíacos. Ayuda a mejorar la capacidad del corazón para bombear sangre, mejorando así la función cardiaca en general.
El sildenafilo, o Viagra, puede ser beneficioso para el corazón subdesarrollado de niños con defectos cardíacos. Al ayudar al corazón a bombear la sangre con mayor eficacia, puede mejorar la salud y la calidad de vida del niño.
Un estudio publicado en el Journal Pediatric Cardiology descubrió que el Viagra mejoraba la función cardiaca en niños que habían sobrevivido a una enfermedad cardiaca.
Esto demuestra el potencial del Viagra para su uso terapéutico en cardiología pediátrica, en particular para aquellos que han sufrido previamente una enfermedad cardiaca.
Aunque el sildenafilo no está aprobado por la FDA para su uso en recién nacidos y niños, a menudo se utiliza fuera de indicación en estas poblaciones para afecciones específicas. Por ejemplo, se ha utilizado para tratar la HTP, mejorar la función cardiaca en niños con defectos cardiacos e incluso para reducir el daño cerebral en bebés rata a los que les faltaba oxígeno.
Aunque la FDA ha aprobado el Viagra para el tratamiento de la disfunción eréctil en varones mayores de 18 años, no ha sancionado oficialmente su uso en recién nacidos y lactantes. Sin embargo, en entornos clínicos, se administra habitualmente fuera de indicación para afecciones pediátricas específicas, incluida la HTP.
En el ámbito de los cuidados intensivos, los médicos han encontrado un nuevo uso para el Viagra. En particular, se administra a niños y bebés que padecen enfermedades como la HTP y defectos cardíacos. Aunque no se trata de un tratamiento estándar, este uso no convencional de la Viagra ha dado resultados prometedores, proporcionando un posible salvavidas a recién nacidos y niños gravemente enfermos.